ACTUACIÓN DEL GOBIERNO NACIONAL, DE LA
COMUNIDAD Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS SOBRE LA EPIDEMIA DEL COVID19.
El primer caso de coronavirus
detectado en España se dio el día 31 de enero de 2020, sin embargo, y aunque
hubo comentarios e informes sanitarios durante el mes de febrero sobre esta
enfermedad, no fue hasta el día 14 de marzo cuando el Gobierno Central decretó
el Estado de Alarma, con el objetivo de centralizar la toma de decisiones,
poder limitar los movimientos de los ciudadanos y clausurar industrias y
comercios.
Este Estado de Alarma, fue
prolongado por el Gobierno Central durante 98 días, desde el 14 de marzo hasta
el 21 de junio, con visitas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al
Congreso cada 15 días para poder ir aumentando la duración de éste.
Su actuación del decreto del
Estado de Alarma fue, en mi opinión, la correcta, ya que los datos pasaron de
54 infectados el día 1 de marzo, a 1720 nuevos casos el día 13 de este mismo
mes, por lo que su decisión, aunque brusca, fue la comedida para frenar la
propagación de esta epidemia. No
obstante, durante la prolongación de este Estado por más de tres meses, se
observaron constantes disputas entre los partidos políticos y muchas críticas a
la actuación del Gobierno Nacional y del presidente de éste, disputas que solo
generaban aún mas desesperación entre los ciudadanos y que no contribuían a la mejora
de la situación epidémica.
Tras más de tres meses de
confinamiento, en los que hubo más liberaciones para los ciudadanos a partir
del mes de junio (paseos en distintas franjas horarias, agrupaciones de un
número de personas…), el día 21 de este mes de junio de 2020 terminó el estado
de alarma, prorrogado hasta en seis ocasiones por decisión del Pleno del
Congreso de los Diputados, en las sesiones celebradas. Sin embargo, y a pesar
de la liberación a una “nueva normalidad”, comenzaron, una vez más, nuevas
disputas, esta vez entre el Gobierno y las comunidades. Un tira y afloja por
conseguir el control, que llevó a más discusiones, diferencias e indecisiones y
a que la ciudadanía sintiese un desamparo y abandono.
Esta situación se está viendo
claramente reflejada en la Comunidad de Madrid, donde se comenzaron a cerrar
zonas básicas de salud. A principios de octubre el Ministerio de Sanidad ordenó
el cierre de la capital y otros nueve municipios, Ayuso se opuso y presentó un
recurso al TSJM para anular esa orden. Una semana más tarde, el TSJM comunicó
su decisión de no avalar el cierre propuesto por el ministro Salvador Illa, lo
que llevó de nuevo al cierre por zonas básicas de salud, y por parte del
gobierno central a definir la imposición de un nuevo Estado de Alarma en la
comunidad de Madrid. Este estado de Alarma ya finalizó y en la actualidad se ha
vuelto al cierre por zonas básicas de salud que siguen ampliándose, ahora
dentro del nuevo Estado de Alarma de seis meses de duración definido por el
Gobierno para todo el país, en el que las Comunidades autónomas tienen
competencias para tomar algunas decisiones.
Aún seguimos dentro de una
dinámica de constante confrontación entre los distintos estamentos políticos,
en los que solo unos pocos han sabido estar a la altura de la situación. Bajo
mi punto de vista, las decisiones que se
han tomado no han sido basadas principalmente en la mejor evidencia
científica disponible, sino que se ha mantenido un continuo
enfrentamiento político, sin respuestas equitativas, coordinadas y
concretas. Hubiese sido necesaria una mayor unidad entre todas las
instituciones mencionadas para conseguir así una mayor tranquilidad y claridad
para todos los ciudadanos.
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